2023 ya está aquí. Año nuevo, vida nueva. ¿no? Empezamos el año con la esperanza de que sea mejor que el anterior y te propongo otra manera diferente para definir tus propósitos. Enero es uno de los momentos del año habituales para plantearnos generar cambios en nuestra vida, retomar todos esos objetivos que habitualmente tenemos en mente pero que no aterrizamos.
A menudo es fácil caer en la tentación de abandonar nuestros propósitos a medida que avanza el año. 2023 arranca con muchos frentes abiertos. Es fácil conectar con el miedo y dejarse llevar en la rutina en la que no hay hueco para nuevos hábitos.
Cuando entramos en nuestro día a día y los problemas nos envuelven, muy frecuentemente nuestra mente nos arrastra a tomar acciones que oscilan en los extremos para huir, evitando así sentir el malestar que generan; es posible que a veces hables demasiado de lo que te pasa, o que te encierres en ti misma, puede que consumas más tiempo con el móvil o viendo la televisión, quizá comiendo de más, o de menos, trabajando de más o con dificultad para concentrarte… .
¿Cómo podemos asegurarnos de motivarnos con nuestros objetivos sin frustrarnos con nuestras propias expectativas?
Hoy en día tenemos muchas herramientas para apoyarnos a través del auge del crecimiento personal.
En general la mayoría se basan en establecer un objetivo claro, medible y alcanzable, en establecer pequeñas metas tangibles y un plan de acción para conseguirlas con un seguimiento del progreso.
Te lanzo una propuesta ¿y si en lugar de establecer un objetivo específico, físico y tangible buscas las sensaciones que te supondría conseguir ese objetivo?
Por ejemplo en lugar de tener un coche, una casa, una pareja… podrías buscar el objetivo de tener libertad para moverte fácilmente, buscar un espacio seguro donde sentirte cómoda y estar en calma, buscar sentir amor y sentirte amada…
Te propongo que tomes acción, que te muevas para hacer que las cosas ocurran pero que en este año que comienza, con tantos frentes abiertos y tantas modificaciones, muy probablemente, te sientas más tranquila si consigues aflojar el miedo y la exigencia.
De esa manera puedes fluir con la vida, dejas espacio para que te lo traiga en la forma en la que tú necesitas, y evitas la frustración que suponen tus propias expectativas al no condicionar cómo deberían de ser las cosas.
Creo que ser flexibles y amables con nosotras mismas es el mejor objetivo que podemos plantearnos para estar en calma y aplicar un autocuidado real.
Espero que te aporte una perspectiva diferente y si crees que alguien que conoces necesita fluir más y exigirse menos, no dudes en compartirlo 😉
Cuéntame, ¿te resuena algo de todo esto? Déjame tus comentarios y preguntas o escríbeme por privado, te leo.
¡Te deseo un feliz y productivo año nuevo! Y que alcances todas tus metas y propósitos.
🧡