Arrancamos el mes de diciembre, que como todos los años con la Navidad vaticina fiestas, celebraciones, comilonas, juntarnos para compartir, dar y recibir regalos…. El día 1 nos juntamos y compartimos de la mejor forma posible una mañana de sábado súper divertida con el taller de risoterapia entre juegos y sonrisas nos dimos el primer regalo de estas navidades a nosotros mismos: un rato de desestresarnos, disfrute y relajación.
Mi primera vez en un taller de Risoterapia
La mayoría de los asistentes no había experimentado nunca un taller de Risoterapia, y algo muy común que a todos nos pasa es esa expectación, esa mente parlanchina que al principio siempre nos llena de inquietud, ¿qué vamos a hacer? ¿haré el ridículo? ¡qué vergüenza! … y a la vez esa curiosidad maravillosa de querer descubrir algo diferente y pasárnoslo genial que nos ha llevado hasta estar ahí, justo en este taller esperando a que empiece.
Para disfrutar del taller no hace falta tener experiencia previa, no hay nada que haya que preparar, todos ya sabemos jugar y reír, todos fuimos niños hace tiempo… sólo hay que venir, traer ganas y probar!!!
Entre todos creamos un espacio de permiso y libertad, para salir de los protocolos y las formas sociales en las que habitualmente estamos encorsetados, todos estamos en lo mismo, sin darnos cuenta gracias a los juegos y las dinámicas, vamos creando un clima de confianza muy cómodo donde nos podemos mostrar tal como somos, haciendo lo que nos apetece en cada momento, por lo que se va rebajando el sentido de ridículo, y sin darnos cuenta, estamos… Jugando como niños
¡Sin la excusa de que haya niños para poder jugar sin ser juzgados! 😉
Aquí, algunas de las caras del grupazo que vino el sábado que muestran cómo se lo pasaron
¡¡No hay más que verles!!
¡¡¡Cómo disfruté viéndoles jugar y jugando con ellos!!!